viernes, 21 de enero de 2011

ANABÓLICOS Y ESTEROIDES


Este recorte me pareció interesante por que conozco chicos y chicas que por el SED o Marfan son extremadamente "flacos", la adolescencia es un punto crítico en donde el cuerpo y cómo se ven es importante para ellos, de eso depende en algunos casos lo popular que se puedan sentir algunos en su ambiente... y a veces son capaces de recurrir a cualquier cosa para lograr llamar la atención o por lo menos no ser vistos como unos "debiluchos".

Un hombre sano produce entre 2 y 10 miligramos de testosterona al día (las mujeres también la producen, pero en cantidades residuales). Las hormonas anabólicas ayudan al cuerpo a absorber las proteínas, propician el desarrollo muscular, óseo y de la piel.
Los anabólicos esteroides, más precisamente anabólicos androgénicos esteroides, pertenecen al grupo de drogas ergogénicas, también llamadas drogas de performance. Son sustancias sintéticas derivadas de la testoesterona, una hormona natural masculina. "Anabólico" significa "constructor" o "fabricante", y "androgénico" significa "masculinizante", es decir que otorga características sexuales masculinas. Los esteroides derivan de las hormonas; a su vez, los anabólicos esteroides conforman un grupo dentro de estas drogas hormonales.
Las características androgénicas de la testosterona se relacionan con la masculinidad: durante la pubertad permite el desarrollo sexual masculino, el crecimiento capilar en el cuerpo y el agravamiento de la voz.

Durante los años '80, muchos jóvenes no atletas los utilizaron por sus propiedades de desarrollo corporal, creándose un floreciente mercado ilegal tanto de producción como de venta de estas drogas. En la actualidad, no solo los atletas usan anabólicos esteroides. Miles de jóvenes usan estas drogas para aumentar su potencia muscular, o simplemente por "motivos cosméticos", para mejorar su apariencia física y autoestima. Además, este consumo no se limita a los hombres sino incluye a un número creciente de mujeres.

Sus usos médicos son variados, siendo utilizados en terapias contra ciertas clases de anemia, cáncer de pecho, osteoporosis y otras enfermedades. Algunos médicos afirman que sería útil su uso post quirúrgico, con el objetivo de mejorar el apetito del paciente, pero son necesarias mayores investigaciones que sustenten esta posición. El uso no terapéutico de anabólicos androgénicos esteroides en adolescentes y jóvenes adultos aumentó significativamente durante las dos últimas décadas. Los más recientes estudios hechos por The National Institute on Drug Abuse y el National Clearinghouse on Alcohol and Drug Information de los Estados Unidos prueban que el uso indiscriminado y sin control de esteroides produce severos problemas a la salud física y psíquica.

Los anabólicos son normalmente tomados en forma de comprimidos. Algunos que no pueden ser absorbidos oralmente son inyectados. Su utilización sin fines médicos acarrea gravísimos riesgos que son potenciados por la utilización de "megadosis": una dosis normal prescrita con fines médicos varía entre 1 y 5 miligramos; más de 7 miligramos implican una sobredosis; algunos consumidores se aplican megadosis de 100 o más miligramos, implicando intoxicaciones que pueden llegar a ser mortales. El uso de estas megadosis se debe al falso convencimiento de que a mayores cantidades se consiguen mejores resultados. Además, llegan a saturarse de hormonas de diferentes tipos, muchas veces combinadas con otras drogas como ser estimulantes, analgésicos y anti-inflamatorios. Por otra parte recurren a un consumo "cíclico", creyendo que así eliminan los efectos perjudiciales y su detección mediante análisis.

En los Estados Unidos estos productos mueven alrededor de 400 millones de dólares al año. Estas sustancias son elaboradas sin ningún tipo de control de calidad, presentando impurezas que bien pueden ser catalogadas como venenos.

Se han encontrado abundantes evidencias sobre los perjuicios que el uso de anabólicos esteroides causan al cuerpo y la mente de sus consumidores. Su uso prolongado afecta la capacidad de procesamiento de información del cerebro, pudiendo derivar en enfermedades mentales irreversibles. Además, se detectan síntomas similares a las adicciones a otras drogas: deseo incontenible de consumir nuevamente, imposibilidad de reducir las dosis y síndrome de abstinencia. Se ha probado la dependencia psicológica, estudiándose la dependencia física. Como dato significativo, se han observado ampliamente estos efectos perjudiciales no solo entre quienes se sometieron a megadosis, sino también entre quienes lo hicieron con dosis moderadas. Quienes consumen grandes dosis, típicamente sufren cambios en la experiencia y características sexuales. Los efectos perjudiciales se pueden dividir en:


En hombres: aunque son derivados de una hormona sexual masculina, la droga puede afectar el funcionamiento del sistema reproductor. Entre sus efectos se encuentran: atrofia de testículos e hipertrofia prostática (ambos implican graves riesgos de cáncer); reducción de la producción de esperma; impotencia; calvicie; dificultad o dolor en la micción; desarrollo de pechos. Además, puede afectar al autocontrol de la agresividad y el manejo sexual.

En mujeres: las mujeres pueden experimentar, entre otros problemas, la "masculinización": hipertrofia de clítoris; desarrollo anormal de vello facial y corporal; agravamiento de la voz.

En ambos sexos: ictericia; acné; temblores; dificultades respiratorias; dolor, hinchazón y edema (acumulación de líquidos) en articulaciones; aumento de presión arterial; aumento de posibilidades de lesiones en músculos, tendones y ligamentos; gran incremento del riesgo de contraer cáncer en diversas formas.

Estos efectos son especialmente peligrosos en preadolescentes y adolescentes, ya que su utilización aún en dosis mínimas puede afectar irreversiblemente el crecimiento. Por ello, su prescripción médica es sumamente rara, reduciéndose a casos de enfermedades graves. Por otra parte, el factor de riesgo de caer en adicción a éstas y otras sustancias, desaconsejan su uso. La forma inyectable expone al contagio con el virus HIV (que produce el SIDA), además de otras enfermedades infectocontagiosasHarvard, donde se demostró que provocan diferentes trastornos psicológicos como: depresión; extrema irritabilidad: incremento en la agresividad, llegando a agresiones físicas e incluso homicidios; celos paranoicos; sentimientos de invencibilidad; expresiones grandilocuentes; megalomanía.

FUENTE:

http://www.drogas.cl/anabolicos.htm

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